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miércoles

Isabel: la vida ahora es completamente diferente...

 Nací en el campo, cerca de Ubrique. Soy la más chica de cinco hermanos. Recuerdo que había un arbolito al lao de nuestra casa, que mi madre me decía que allí en ese arbolito me había dejado a mí la cigüeña. Eran las cosas de entonces…. Todavía voy por allí y veo el árbol y lo quiero yo muchísimo. Yo había hecho muchas cosas antes de venirme a Ubrique: cogía garbanzos, aceitunas, guardaba los pavos… ayudaba a mi padre en lo del carbón… he hecho de to…
A veces me pregunto cómo hacia yo todas esas cosas tan chica. En verano, que era cuando no había carbón, cogíamos garbanzos con tos mis hermanos; a eso se le llamaba ajustao, o sea, que se cerraba lo que íbamos a cobrar y la familia entera trabajábamos.
La trilla
 Pues me acuerdo que yo eran tan chica que se reían de mí porque iba detrás de la cuadrilla y lloraba muchísimo porque las manos se ponían fatal, de sangre… Y eso que mi madre nos hacia guantes de lona… Entonces pa curar las heridas, nos orinábamos en las manos. Y otra vez me pasó una cosa muy graciosa. Yo iba detrás de los pavos, porque era la más chica, la que hacia eso, y los animales señalaron y acorralaron una liebre... y yo me eché encima y cogí la liebre y llamé a mi hermano: ¡fulanito… que vengas a por la liebre, ven, ven… ¡ Y mi hermano vino y se la llevó…
Mi madre vendía las cosas de la huerta. Aquello era una casa en el campo, pero nosotros no éramos los propietarios. Era una cañá, y teníamos otras tierras arrendás. Al principio, mi padre sólo echaba carbón, pero luego, cuando ya nos vinimos al pueblo, echó una huerta. Mis dos hermanos trabajaban con él y mis hermanas y yo entramos en la fábrica. Yo ya tenía doce años. Mi hermana mayor era la que ayudaba más a mi madre en la casa. Ella no iba a trabajar a ningún sitio.
Grupo de hombres preparando la elaboración del carbón
Cuando `pienso en esos tiempo… la vida de ahora es completamente diferente. Pero vaya, cuando los jóvenes de ahora se quejan yo les digo que si hubieran vivido ellos aquello. Pero bueno, yo no tengo malos recuerdos, Éramos mu felices, porque no conocíamos otra cosa. No nos faltó de comer. Mi madre iba a donde está el pantano y se llevaba la burra cargá con lo que daba el tiempo: naranjas, granás… A mí me daba media naranja o media graná, porque se repartía según se trabajaba, a los más grandes que se los llevaban pa el campo. Entonces yo me las arreglaba pa sacar una graná o cualquier otra cosa… Te espabilabas… Ahora que cuando nos vinimos del campo todavía seguimos trabajando por las tardes, ayudando a mi padre en las faenas, cogiendo las cosas que él sembraba, to lo que mi madre vendía. Y el domingo había que ir a lavar pa tener la ropa limpia pa toa la semana. Entonces no se paraba de trabajar.
Isabel, la joven de la derecha, todavía adolescente
Entré en la fábrica con doce años, sin saber na.  Lo primero que me pusieron fue a rebajar, como pa aprender a hacer el almidón a hacer correíllas… lo hacías sola. Después cuando aprendí lo básico, me pusieron con un hombre. En esa fábrica eran tres aparceros. Yo salí de allí pa casarme. A mí me enseñaron a trabajar como a un hombre, como un oficial. Al casarme dejé el trabajo ese, pero en mi casa seguí con mis tareas sin parar.
Un taller de petacas (foto de autor desconocido)
http://www.urbanity.es/foro/edificios-en-general/13102-documentacion-grafica-ciudades-y-edificios-espanoles-50
Una de las fábricas de piel que aún quedan en Ubrique
En el verano entrábamos a las 7 y hasta las 3 de la tarde… y luego teníamos la tarea en la casa. En invierno salíamos a las 6 de la tarde, pero también seguíamos en casa con las tareas. No teníamos horario en la casa. No teníamos tiempo para el desayuno. Allí mismo en la mesa de trabajo comíamos como los pavos. Es que los dueños estaban allí, te miraban… Teníamos un jarrito de porcelana y llevábamos allí el café.
Jarrito de porcelana para el café (imagen tomada en el Museo de la Piel de ubrique)
Yo contenta, y la satisfacción de mis compañeros… Entonces teníamos ilusión, no es como ahora. Yo veía que ganaba dinero, que a los hombres les daban billetes de veinte duros. Yo decía: cuando yo gane un billete de veinte duros… y era pa darle el dinero a mi madre. Hasta la semana que me casé estuve así.

viernes

Recuerdos de Manola: Mi madre cosía... hasta de un paraguas nos hacia faldas

Manola en primer término de perfil
Yo recuerdo que desde los siete años, aunque tengo una pierna mala desde que tenía unos meses, me llevaba la ropa a solearla… Me llevé tres años yendo y viniendo, con mi clarilla y mi taco jabón, a un pozo que tenía tres pilas. Y a los ocho años me fui a un rancho… a servir y yo lloraba muchísimo. La señora sólo quería guisos de patatas con cebollitas… y yo le cuidaba a los niños, limpiaba la casa… Tres pesetas, dos cincuenta., más o menos es lo que me pagaban...
A mi padre lo mataron en la guerra. Tenía 24 años. Estaba trabajando, escorchando, cerca de Arcos, eso era antes del Movimiento. Dicen que iban a los cortijos con las escopetas y to eso… Pues un día fue un tío mío… pero mi padre no fue y una noche se presentó la guardia civil buscando a mi tío y cogieron a mi padre y lo trincaron. Lo tuvieron tres meses en la cárcel... nosotras éramos pequeñas. Teníamos cuatro, dos años… y yo dos meses. Lo sacaron pa matarlo. Lo mataron en un olivar, a la vera de Arcos, en la carretera de Algar. 
Cartel publicitario Guerra Civil
A mi madre le ayudaron mucho después de to eso...Le dieron una mula pa que fuera a lavar, porque mi abuela vino por comestible desde la sierra y le quitaron la yegua porque pensaban que la iba a utilizar para llevar comida a la sierra, a los que estaban escondios... los maquis. Entonces mi madre tenía a la yegua pa ir a lavar al chorrillo. Mi madre cosía, hasta de un paraguas nos hacia faldas. Mis hermanastras se llevan seis meses conmigo y nos llevaba en el serón a mis hermanas y a mí... y allí ponía la panera y to lo que necesitaba pa el lavao… en fin, pero tenía que cuidar que no se le escapara la yegua pa que no creyeran que se la daba a mi abuela. Gracias a Dios nos ayudaron mucho y no pasamos hambre. Total, que mi madre, que tenía veinticuatro años, se quedó viuda, y entonces, como no había pagas ni na de eso, pues se tuvo que casar otra vez. Mi madre trabajaba en la calle, en la casa del médico de Algar… hasta que se casó otra vez.  Nosotros teníamos dos habitaciones. Dormíamos unos pa´rriba y otros pa´bajo. Mis padres en su cama en su habitación. Cuando fueron mayores se echaban los colchones al suelo, o los catres… y así nos hemos criao… diez hermanos y ellos dos doce personas. Yo muy feliz. 
Mujeres y niñas lavando en un arroyo
Del colegio me llevaron a hacer la comunión a Algar. Ese colegio era un comedor que nos daban de comer a tos los niños que se habían quedao sin padres.  
Comedor de Auxilio Social
Allí nos hacían lentejas cada día. Ya no las quiero ni ver. Azúcar moreno, un pan que era maíz puro... Mi madre, del babi del médico, me hizo un vestido. Nosotras no jugábamos... En vísperas de reyes, hacíamos unas muñecas de trapo con los pelitos de lana y los vestiditos… pero jugar no. No había tiempo...
Mi madre era mu trabajadora y nos tenía a toas horas pintando, haciendo escobas pinceles, sopladores de pleita, pa soplar las candelas, pa la basura, to eso de pleita…no parábamos.

soplador de pleita
 Nosotras, mis hermas… toas hemos trabajao en la calle. En Ubrique he estado veinticuatro años trabajando en una casa por la mañana, y en otra por la tarde. Pintaba también las casas, hacia las matanzas, planchaba… Mi madre nos enseñaba a coser por las tardes. Como nos levantábamos temprano, cuando dábamos de mano, a las cinco o las seis, ahora con las tardes largas se sentaba con nosotras en la puerta de la casa y venga, a tomarnos media. 
Niñas y mujeres, cosiendo
Una cosía a máquina, que teníamos una máquina de mano. La otra hilvanaba… cada una hacia una cosa. Compraba las telas en la casa de Tamallo en Arcos y hacíamos los trajes pa la feria y to. Ella hacia los patrones y lo cortaba to.. Entonces se aprovechaba to. Se volvían los cuellos, los camisones, los puños, los pantalones, les echábamos los culos, los bajos, muchos remiendos hacíamos…y así nos hemos criao. Zurcíamos las sábanas, los laos que estaban mejor se les ponían en la parte más gastá, eso era poner piezas.
Antigua máquina de coser
¿Qué comíamos…? Cocido tos los días. Mi padre era capataz de puercas. Se mataba dos veces en el año. Por la mañana tomábamos sopa y una poquita pringá. Por la tarde la comida: calabaza, papas, coles, arroz, garbanzos, berza, Eso era tos los días. A veces pasaba el pescaero y se compraba un poquito pescao. Cuando no, un gazpacho fresco, una botella con el gazpacho y eso era la merienda cuando estábamos en el trabajo. 
Gachas, chorizos y torreznos: comida en el campo
Yo he hecho de to: he cogió maiz, aceituna, remolacha… he hecho de to de to…
Recogida de aceituna
Mis padres, cuando venia una visita decían: niñas ¿habéis acabao…? Nos echaban fuera pa poder hablar ellos de lo que fuera. Entonces no nos decían na. Cuando tenían más edad, mis hermanas mayores se fueron a Jerez a servir. Yo estuve también en la calle doña Blanca, con una familia con nueve niños. Yo los arreglaba, los llevaba al colegio, arreglaba la ropa y los zapatos de noche… Primero estuve en jerez y luego ya en Ubrique. 
Niñera joven de paseo. FUENTE: http://gatosbizcos.blogspot.com/
Tendría yo unos catorce o quince años. Cuando yo subía a la azotea a tender la ropa y miraba lo lejos que estaba yo de mi casa. ¡Ay, Dios mío, que lejos…. Me ponía a llorar… No me gustaba. Después tuve mu mala suerte. Tuve varias mujeres inválidas y yo sólo me acordaba de mi madre… pero no tengo queja de cómo me trataban. Gracias a Dios. To lo que se ganaba se mandaba pa ellos. 
Yo de mi infancia no recuerdo na malo. El señorito me regaló lana porque yo no podía dormir con mis hermanas, porque tenia la pierna mala, me hacían sandalias especiales para mi porque las san dalias de goma no podía con mi pierna. Tenia mi cama pa mí sola… ni pasamos hambre ni estuvimos en cueros. La verdad. 

lunes

Manuela: Me encantaba sentarme debajo de la encina... me metía en mi mundo.

Yo tengo inquietud. Me veo mu comprometida con to lo del pueblo, con los proyectos... Tengo afán por aprender, inquietud…Aunque parezca que soy mu tranquila, mis sentimientos me dominan. Me apetece este taller, pero el recordar me puede hacer un poco de daño… porque hace dos años murió mi marido…
Manuela, a la izquierda y sentada, junto a ella, su compañera Gregoria y Teresa
Lo primero que me viene a la memoria de mi infancia es mi madre… que yo siempre he dicho que mi madre es la más guapa del mundo... Eso recuerdo yo que siempre lo he dicho. 
La madre de Manuela cuando era joven
Y me viene a la memoria que mi padre estaba trabajando en una huerta que era a medias con el señorito, porque mi padre era el trabajador. Cuando volvía de hacer la faena de la huerta, pues él nos cogía en brazos, nos vestía, nos ponía los zapatos, nos asaba boniatos en la candela de leña, que estaban mu buenos. Estos son los primeros recuerdos más bonitos que yo tengo. Luego, mi madre,  iba a Benahocaz a vender los productos de la huerta. Recuerdo que una vez teníamos el sarampión tos juntos. Mi madre nos dejó en la cama vestios de rojo pa que fogáramos. Yo recuerdo que ella debía dejar la comida planteá y mi padre estaba al cuidao de nosotros. Cuando llegó la hora de almorzar, mi padre en vez de levantarnos de la habitación, pa que no pasáramos frio o qué se yo, pues entró la mesa a la habitación y luego no quitó las cosas de haber comio. Luego, mi madre cuando vino decía: ¡Ay José por qué no has sacao a los niños…¡ Y él con aquella capacidad que tenía le contestaba: No, Rafaela, que les he metió la mesa dentro pa que no cogieran frio. 
Manuela con su hermana
También recuerdo mu bien cuando uno de mis hermanos Rafael, pues ya mi madre traía a otro de camino, y tuvo que quitarle el pecho, pero es que tenía tres años y estaba enviciao. La familia de mi padre vivía aquí (Castillo Fátima) Tenían cabras y yo estaba mas acostumbrá a estar con mis tíos y mis abuelos y me llevé yo misma a mi hermano pa destetarlo, como se dice. Me acuerdo que aquella noche, toda la noche llorando, pero se cargó dos jarras de leche enteritas y el niño ya se quedó tranquilo. Cuando cogió el sueño eran las 10 de la mañana. Eso es mu bonito...
Manuela vestida de gitana, con sus hermanos
Mi tío, este mismo, Rodrigo... hermano de mi padre, desde su casa me llevo a cuestas con dos años y medio a donde estaban mis tías al campo, porque con eso le quitaban carga a mi madre…

Yo ahora lo comprendo, entonces era mu chica, pero claro es normal que cuando te rozas con otras personas le coges cariño. Me sentía mu mimá con ellos. Tres hermanos, mi abuelo y dos tías...
 
No es Manuela, pero sí una imagen de una niña ocupándose de las gallinas
Después se fueron más lejos cerca de Alcalá de los Gazules. Estuvieron en La Cueva de las palomas, un sitio mu lejos de aquí. Ellos no sé por qué terminaban con un señorito y se iban a otro cortijo con otros señoritos. Vivían siempre fuera de los cortijos, en chozos. Algunas veces dormíamos afuera y nos tapábamos con una especie de capotes como de plástico o goma, o algo así, con aquello nos tapábamos, porque eran chozos y se calaban. Mis tías me metían en medio de las dos y a mí no me caía agua. 
También recuerdo que en la cueva de las palomas había una cañada pa el pastoreo y yo sentía a mis tíos que decían: tu padre va a venir y yo cuando sentía los cascos de los caballos y siempre pensaba: ya viene mi padre. Tenía ganas de verlo, aunque la verdad es que no era tanto tiempo el que pasaba con ellos, y yo estaba mu a gusto, pero… Mi tío siempre me hacia bromas sobre mi padre, porque se metía conmigo pa hacerme rabiar.
Chozo tradicional
A la escuela no fui nunca. Ya tendría yo 12 años cuando volví con mis padres. Junto con mi hermano Jesús que también estaba con la familia. Mi padre no tenía preferencia entre niños y niñas. Cuando llegaba a la casa cogía el catón y cuentas y nos enseñaba. Fue el maestro nuestro y el de muchos muchachos que estaban en el cortijo y se venía pa que cuando se fueran a la mili pudieran escribir a sus novias y sus madres. Él creo que aprendió en tres años que estuvo en la mili. Yo no recuerdo cuando hice la comunión, pero la hice. Estaba tan mal la cosa que mi madre me recorrió to el pueblo con la limosnera a ver cuánto recogíamos, y hasta me llevó a Benahocaz. Doña Consuelo me enseñó el catecismo pa prepararme. 
Limosnera de Primera Comunión
Mi madre y mi padre les gustaba mucho eso de venir a una buena película al pueblo. A pesar de vivir en el campo a ellos les gustaba disfrutar de las cosas culturales: me acuerdo de Los Diez Mandamientos, las películas de Lola Flores, to eso. Luego volvían al campo a dormir. Mi padre tenía un perro que se llamaba León y una noche el perro se puso sobre la puerta y ladraba desesperao y me dio miedo porque pensaba que había alguien en la puerta porque yo era la que cuidaba de mis hermanos y estábamos solos. Yo me puse con un tranco pa defender a mis hermanos. En el mismo cortijo (rancho se le llama en la sierra) La casa de los señoritos. 
Imagen de un típico cortijo de Andalucía FUENTE: http://www.entornoajerez.com/
 Había una esplanada empedrá en el rancho y mi hermana y yo nos íbamos a casa de esa señora y la mujer era mu cariñosa: Señá Ángeles, le decíamos. ¿Sabes cómo hacía pipí esta señora…? En los excrementos de las vacas… me imagino que ella no usaba bragas. Ella abría las piernas y allí lo hacía. Ni se agachaba… me acuerdo perfectamente. Mi hermana y yo nos íbamos allí por las tardes. Señá Angeles, le decíamos: le vamos a barrer la puerta. Después nos metía en la casa y cuando hacía las matanzas, en el dormitorio, tenía la alacena… tenía tinajas con chorizo metió en manteca y cogía una rebaná de pan con lomo y a mi hermana otra cosa… Mi madre nos decía: las niñas no piden… pero nosotros qué íbamos a hacer. Antes de llegar a donde vivíamos, había un arroyo y mi hermana decía: vamos a lavarnos pa que no nos huela la boca a manteca. (risas)
La higiene diaria, aunque con pocos medios, no faltaba. Había un arroyo al lao y un pozo… Íbamos a buscar agua con el cántaro.
Cantarera
 Un poco más arriba de la fuente, en la ladera, hay una encina y a mí sentarme debajo de aquella encina, pensando, me encantaba…, era como mi mundo. Allí me imaginaba yo que era Sofía Loren… y esas artistas. Brigitte Bardot, Sara Montiel… 
Yo aprendí a coser con Carmen mi vecina, que me enseñó bastante. Sobre todo sacando patrones de las revistas. Lo hacía en mi casa y aprendí con su ayuda, pero he llegao hacer abrigos largos, chaquetas a mi hijo…. trajes de flamenca… aquí a mi madre le he hecho unos modelos que no veas...

viernes

Gregoria: Yo no he tenio nunca un traje de gitana...

No sé lo que tengo que decir. Nací en el año 1944… Tengo 66 años.
Gregoria, (en el centro) con sus compañeras comentando las labores
He pasao una enfermedad mu larga, unos males con mis padres, una enfermedad mu larga con mi mario…, perdi una niña embarazá de ocho meses… Mi hija ha tenio una niña ochomesina, que ha estao mu malita. Yo diría de mi, que soy una persona mu adaptable, que me adapto a lo bueno, a lo malo… Yo soy una persona que me adapto a to.
Nací en Tavizna. Mi padre se crió allí, y mi madre, que era de Grazalema, se casó con mi padre y luego fue cuando se fueron al cortijo de Tavizna.
Paisaje de la sierra, donde estaba situado el cortijo de Tavizna
A mi me dio la catequesis el señorito que era mu rico y mu beato. Nos trajo una mujer de El Puerto de Sta. María pa que nos diera la Catequesis.
Gregoria muy niña

Allí hicieron la 1º Comunión gente hasta de 20 años y de 30… de toas las edades. Aquello fue precioso, pero no hay na grabao, ni fotos... La hicimos en una era, precioza. Tenía una palmera y pusieron un altar preciozo. Nos regalaron la tela pa los trajes a mis hermanos y a mí. Mi prima, la de Ubrique, se fue al cortijo y allí cosió los trajes pa los niños. 

Como no tiene fotos, estas niñas de cualquier pueblo de la misma época
 A las niñas nos los hicieron en Rota, con unos frunciditos monísimos. Era el dia de San Isidro, en Mayo, con tantas flores… ¡Bonita de verdad! Comimos to el mundo. Se echaron flores por la vereas y las eras también adornás de flores. De comer nos hicieron chocolate y tortas dentro del patio de los frailes.Los mayores iban vestidos normal. Los zapatos eran unas alpargatas, como esas que se llevan ahora a la playa.
Estampa típica de Comunión
Yo no he tenio nunca un traje de gitana. Teresa y su familia ya has visto las fotos…Tenían más, porque el padre era petaquero y entraba un sueldo. No fui a la escuela, porque estábamos en el campo y teníamos que ayudar. He ido a la escuela de adultos ahora, de mayor.
Mª Teresa, vestida de gitana
Nosotros vivíamos en el campo, pero casi to lo que daba el campo era pa el señorito. Las papas mejores iban pa El Puerto de Sta. María, los cochinos uno pa el señorito y otro pa nosotros, el más pequeño... Yo tenía locura con los animalitos. Una vez me pasó una cosa con un cerdito pequeño... Fíjate... escribí la historia cuando fui a la escuela de adultos.  
Historia escrita por Gregoria, recordando un hecho real
 En el cortijo estábamos solos, porque los señores no venían na más que algunas veces, ellos vivían en El Puerto. Afuera había unos chozos pa meter las cosas de los animales y del campo. niños. Las camas con los colchones de la hoja del maíz (farfolla) Eran catres, hechas de palos. 
Antiguo lavadero "El Algarrobar",  hoy desaparecido
Nosotros íbamos a lavar a Ubrique el alto, y al campo, mi madre se llevaba en un burro la ropa: su panera, y aquí en un lao un cántaro y aquí en el otro lao el otro, y los niños… y se iba to el dia, allí comíamos y to hasta que volvía con la ropa seca. ¡Anda, que no teníamos que pasar tiempo lavando la lana pa los colchones! De eso me acuerdo yo…
Lavando lana
Nosotros teníamos dos habitaciones: una pa los padres y otra pa los  niños. Las camas con los colchones de la hoja del maíz (farfolla) Eran catres, hechas de palos. 

Mi padre tuvo que coger otro cortijo en Prado del Rey cuando éramos más grandes pa sembrar trigo o avena. A mi me llevaron a Prado del Rey con la dueña del cortijo, pa hacerle de comer a mis hermanos que estaban trabajando allí en el cortijo.
Fachada de un cortijo de la zona
Ella me enseñó cómo se cocinaba. Ese año fue buenísimo, se cogió una cosecha mu grande. Vendió mucho trigo, aceitunas… y compró una casita pequeña que no tenía ni solería. Ahí ya tenía yo nueve años más o menos. La casa tenia dos habitaciones, una ventana, unas puertas mu malas… pero allí hemos estao hasta que nos casamos.
Escena de trilla

En el tiempo del poleo venían unos hombres y cogían el poleo y hacían un medicamentos pa los resfriaos… esa gente que venían de afuera… los chiquillos nos acercábamos a ellos. Ponían unas calderas de cobre, y con leña hacían una fogata y entonces los cortaban… es que es mu bueno el poleo- Se decía que los niños no se separen de los padres, porque los tíos vienen cogiendo el poleo y se llevan los niños. Eso era en primavera. Éramos chicos… chicos… Mi padre decía: si un hombre les dice a ustedes: vente conmigo, no os vayáis con nadie. En el campo había casos que se habían perdio chiquetitos, que se decía que se habían perdio. Y decían que era el tío de la sangre. Ahora me acuerdo cuando pasa algo así...

jueves

Pilar: Yo he sio una privilegiada y mis tíos, las personas más buenas que conozco...


Nací en Ubrique en 1928. Soy la última de 9 hermanos. Uno murió y quedamos siete varones y dos hembras. Tan chiquita…, mi madre estaba mala. La recuerdo… yo era mu chica, porque yo nací cuando ella ya estaba mala. No sabía lo que era, pero estaba mala. Teníamos mucha familia, pero nadie se acordó de nosotros, nadie. Mi padre metió a una mujer pa que nos ayudara, pero le quitó unos sarcillos y ya mi padre lo que hizo fue llevarnos a Sevilla, (yo tenía pocos meses) a casa de su hermana, que tenía dos hijas y se les habían muerto otras dos. Se acostumbraba entonces a que cualquiera de aquí que se ponía mala, ¡Ala, a Sevilla! Llegaban al piso de mi tía y allí se acogía a todo el mundo y a ponerle la mejor cama y nosotros en un colchón en el suelo... Llegaba una tal Juana la Olegaria a Sevilla pa el médico, y mi prima la acompañaba… y eso que ella era sastra y tenía que ir a trabajar, pero ella estaba allí acompañándola. ¡Qué buena era!
Bueno, pues...vamos al médico, dijo mi madre. El médico les dijo que no tenía cura, que pa qué se iba a quedar en Sevilla. Era un tumor en la cabeza. Mi madre se volvió a Ubrique y yo me quedé allí. Así que mis primeros recuerdos son de Sevilla. A mi hermano Manolo también se lo quedó otra tía por parte de mi padre.   
Pilar con muy pocos años (?)
Cuando mi madre se volvió a Ubrique, ya muy malita, mi tio, que era tio político, (pa que veas la gente tan buena, tan educá, que no había hecho más que cuidar cochinos) Dijo: ¡Ay Vicente!, qué hacemos con los niños?, ¿nos quedamos con las dos niñas…? Y así lo hicieron. 
Pilar con su tio en el Parque de M.Luisa
Él trabajaba como de portero en una fábrica. Ellos se encargaron de llevarnos cosas, cunas y ropa. Es que Vicente era muy fiel… Ya habían pensado en que Julito, el pequeño fuera a la escuela, y luego se iría a trabajar a la fábrica. Todo eso me lo han contao a mi después.
Yo fui al colegio allí en Sevilla. El colegio… aquello lo había hecho un médico … un tal Lanzón…o algo así.  La barriada se llamaba el retiro obrero, y era muy bonita. 
Pilar en la escuela en 1936 (8 años)
 Tenía mi maestra: doña Adelaida. Parece que la estoy viendo… delgada, alta… Luego… doña Isabel, y nosotros muy bien puestas….con nuestros moños y lavadas de abajo arriba. Por las tardes, como había colegio, a eso de las cinco, llegaba una señora con un canasto grande con bocadillos liaos en un paño, con chocolate, carne de membrillo… Entonces, empezaba a repartir a los niños los bocadillos. Una maestra de allí entró en mi clase y se quedó mirando, repartieron y a nosotras no nos dieron. Entonces, mi maestra le dijo: ¿Por qué no les da merienda a estas niñas…? Es que esas niñas estarán en buena posición, porque vienen con sus zapatos, bien lavadas, bien peinadas…, vaya, de lo mejor que viene aquí a la escuela.
Entonces, mi maestra se sonrió y dijo: si usted supiera… Estas niñas son recogidas… no tienen ni padre ni madre… Pues bueno, no se lo podía creer. Mi prima con las tenacillas, nos arreglaban el pelo… nos llevaba como figurines. 
Como dice Pilar: una muñeca
Mi vida fue muy buena, de jugar, y mi tía… que nadie tocara a su niña... A mí, mi maestra nunca me pegó con la regla, ni yo vi eso en mi escuela. Estamos retratadas en el patio y yo no he visto eso nunca.
Pa que veais que mi tia era pasión lo que tenía con nosotros… Mi tia me vistió de angelito un año antes de la comunión, y yo monísima, y a algunas les daban coraje, pura envidia… Yo me iba al wáter y me ponía allí y decía: ¡Hasta sentá en el wáter eres bonita…! Me quería mucho.
Mis tíos vivían en casas de vecinos… cerca del centro… Y la Comunión…, bueno, celebrar… celebrar… en mi casa, un chocolate y unos dulces y las vecinas… allí estuvimos.
Era durante la guerra y recuerdo que me llevaron a la Puerta Carmona y allí nos encontramos a un comunista de esos, y yo llevaba mi medalla de oro y mi cadena, y me pegó un tirón y me lo quitó.
 

Era un peligro ir por la calle aquellos días. Entonces ya con la guerra como no pasaban los panaderos, a los más mayorcitos los mandaba mi tía a por el pan. Ella decía: ¡Ay Vicente! me he gastao 21 gordas en pan. Cogía una telera y allí traían pan pa muchos días. Hambre no pasábamos desde luego...
Otra cosa que recuerdo es que la gente decía: ¡Que tapen las ventanas y las puertas! Se tapaban con agua, mojadas, pa que no entrara fuego. Donde estaban los contadores del agua y todo allí nos metíamos cuando empezaban las sirenas. También me acuerdo que cuando estábamos en los patios, que eran muy bonitos… pasaban por la carretera los soldaos milicianos… que le llamaban, y había mujeres también, con el puño… y el lema que ellos tenían UHP… Los comunistas…
Mi prima, Angelita, una de las hijas de mi tía, se casó con un hermano mío.
Angelita y su marido, hermano de Pilar

Unos meses antes de la boda se vino a arreglar el piso a Ubrique, porque se venía a vivir aquí, y yo vine con ella. Estando aquí le mandaron un telegrama diciéndole que su madre (mi tia) había muerto. Y nosotros aquí en la obra y entonces no había taxi ni nada. Uno que tenía un coche nos llevó a Sevilla. Se murió de pronto y estaba allí mi hermana y mis hermanos, pero ellos en el colegio. Se echó en la cama porque no se sentía bien y al poco mi hermana fue a llamarla y ya no estaba viva. Entonces ya como terminaron la casa pensaron en que mi tio pidiera la jubilación y se trasladara a Ubrique con todos los hijos. Y ya nos vinimos aquí. Cuando eso tenía yo 12 0 13 años. Pa que veas lo que ella era.
Yo seguí en la escuela con Isabel Becerra, que  era una maestra que tenía allí muchas niñas… un poco pijas, había muchas y allí me llevaron, a  esa escuela,  Ella, mi prima, no quería que me metiera a trabajar en las fábricas. Yo fui una privilegiada. Si ya te digo, con mi tía, cuando ella vivía… en Sevilla, yo llegaba y no hacía nada en la casa. Siempre lo digo, que yo tenía muchas tías, pero nadie se acordó na más que ella. Llegaban al piso de Sevilla hasta tuberculosos, y ella les dejaba la cama…
Mi padre trabajaba en la fábrica… puso un boliche, un pequeño taller. Cuando se empezaba se compraba una docena de pieles, y las herramientas y se iban haciendo sus carteras, sus petacas y a los más mayorcitos les iban inculcando… les enseñaban a trabajar la piel. Allí mis hermanos aprendieron y trabajaron con él. Mi hermano Antonio, el mayor, fue hasta alcalde de Ubrique…
Es que mi padre se murió a los 15 meses de mi madre, no te lo he dicho. Eso fue lo malo...

miércoles

Mª Teresa: Mi madre era mu graciosa, y tenía unas manos...

¿Qué digo de mí…? Que me gusta la música, el flamenco, la música clásica, que me gusta meterme en estas cosas, conocer gente…
Mª Teresa
 Tengo 71 años y estoy en el hogar. Había un taller de teatro y allí me metí yo...a ver por dónde sale. Estoy separada, va pa cinco años que estoy separada. Tengo dos hijos y cuatro nietos. He pasao mucho, depresiones…, pero ahora estoy bien. Este taller me gustaría que estas experiencias que hemos vivío, que los jóvenes pudieran comparar lo que nosotros hemos vivío. Ahora que hay tanta crisis... adaptarnos, porque cuando éramos pequeños nos adaptábamos a lo que teníamos. También pienso que las mujeres hemos ayudao mucho a la economía. En el DNI ponía S.L. Y debería poner algo así como dijo una del Instituto de la Mujer una vez, que éramos administradoras, economistas… de to un poquito. Yo he tenío los dos hijos y nos hemos sacrificao pa que ellos estudien, pero economizando mucho. 

La madre de Mª Teresa, con ella de la mano
Mi madre estuvo viviendo en Sevilla hasta los 22 años. Estudió en las Salesianas y le decían a mi abuela que era mu inteligente, que era pa que estudiara una carrera, pero luego la pusieron en una sastrería. Mi madre sabía coser mu bien, porque en las sastrerías se aprendía mu bien a coser. Ella aprendió a to. Ponia las mantillas... De un pañuelo te hacia un turbante… tenía unas manos… Yo fui a aprender el corte, pero sobre todo a bordar…Se casó con mi padre, que eran primos hermanos. Mi abuela se había muerto y mi madre se hizo cargo de los hermanos de mi padre, de nosotros, sus hijos, un tio mío que vino a vivir con nosotros... total éramos en casa ocho personas...   
                                      
                                        Antigua carnicería
   Yo iba a la escuela y pagámos tres chicas tos los días… Había una monja mu gorda que se llamaba Sor Dolores…Que tenía un peazo caña… que llegaba ahí enfrente. Mi hermano iba a la escuela del convento. Eso era ya una escuela nacional. Había que pasar un molino pa llegar a la escuela. Una mujer que vivía por allí le decía a mi madre:

─¡No tendrá valor su madre, de mandar a ese niño, pa que le pase algo...
Y mi madre, que era mu graciosa, decía:
─Pues no lo pasa na porque la Virgen de los Remedios sale y le da la mano desde la fuente San Francisco, y no se va a caer.
 La comunión la hice en otra escuela que me llevaron, que le llamaban la Ermita. Ya traeré la foto, pa que veais lo guapa que estaba yo.   
El dia de la Primera Comunión
De mi familia no ha habido nadie del campo. Mi padre era petaquero, un artesano mu fino, que trabajó siempre en la fábrica que puso mi tio. Mi abuelo materno fue portero en una fábrica de tabacos de Sevilla, hasta que murió mi abuela y se vino a Ubrique con los niños.
El padre de Mª Teresa, trabajando la petaca
Lo que se comía en aquella época, recuerdo que era algo así:

En el desayuno, un hoyo de aceite. Nosotros teníamos racionamiento. No había leche pa todos. Porque una media de leche, pa tanta gente… luego, ya vino la leche condensada, pero eso era más tarde. Mucho café con leche no recuerdo yo que comiéramos…Luego, pa almorzar, una sopa de pan, algo de lechuga, tomate frito, papas… esas cosas… y en la cena el puchero. Eso era siempre igual. Los huevos eran un lujo. Se comían pa Semana Santa… o si estábamos malos.

El puhero
Nosotros vivíamos en el casco antiguo, en la calle Remedios. La entrada, un cuerpo de casa, una habitación, después otro cuerpo con el hueco de las escalera, después otro cuerpo, con la cocina con los anafres, con mucha humedad, porque no les faba el sol porque allí había habido una cuadra. Allí nos bañábamos.
Una de las casas del casco antiguo
Teníamos unos baños mu grandes, calentábamos el agua en una olla y poníamos una cortina mu grande. Encima había un soberao, donde se acostaba un tío mío. Por la otra calle un molino de aceite. Una vez a la semana nos cambiábamos de ropa interior. Yo tenía un baño grande de cinc y allí nos bañábamos. Había detrás de la puerta un grifo y un wáter, que era un boquete, sin más, que iba a un pozo ciego. Luego metieron una pila en un patinillo y entonces sí pusieron una cosa parecía, con una rejilla que la levantaban y se le echaba agua, pero un wáter en condiciones tardó mucho en ponerse.
                                             
                                   Baño de bebé en la época
Mis padres tenían un dormitorio, con una cama negra con los doraos…Cuando encalábamos nos acostábamos en el suelo. Nosotros en una cama chica, uno p´arriba y otro p´abajo. El colchón no era de flex, desde luego… Entonces los colchones eran de lana, pero eso sólo algunas personas, seguramente en las camas de matrimonio. En el campo los tenían de las hojas del maíz (farfolla) que sonaban muchísimo... 
                                  
                                       Cama de hierro