sábado

La tradición oral y las músicas de trabajo

Dentro de la música folklórica de tradición oral tienen una gran importancia las coplas relacionadas con trabajos y faenas. Durante mucho tiempo, en nuestro país, las gentes trabajadoras se han acompañado con canciones en sus ocupaciones y oficios; particularmente, en las tareas relacionadas con el campo y la huerta. Así, hay canciones apropiadas para la labranza  y la siembra; para escardar y escavanar los sembrados; de siega, espigueo y trilla; de vendimia y pisado de la uva; para recoger la aceituna, el pimiento y las hojas de la morera; y otras muchas tareas que podríamos mencionar.

¿Cuál es la función de las canciones de trabajo? Se habla principalmente de la influencia benéfica que la música ejerce sobre los animales que ayudan al hombre, pues los calma y los vuelve más dóciles; tanto que hay quien cuenta que en ocasiones prohibían cantar a los que se ocupaban de la trilla, ya que los animales se dormían y no rendían lo suficiente. Y, naturalmente, no hay que olvidar que la ejecución musical proporciona un efecto de alivio a los trabajadores, divirtiéndolos en lo posible de la monotonía y pesadez de las faenas. El refranero español sanciona: «quien canta, su mal espanta».

FUENTE: Cantos de labranza, de trilla y de recogida de la hoja en cancioneros murcianos del xix y principios del xx. José Francisco Ortega

Noticias sobre el Fandango

En Andalucía cada comarca tiene su fandango propio, que se inspira en su paisaje o en las costumbres más arraigadas del entorno. A este respecto, Huelva ha destacado siempre por la diversidad de estilos que, naciendo todos de una misma fuente temática, ofrecen diferencias en cuanto a la melodía y al tono, pero conservando cada uno su sello especial.
Aunque en el mundo del flamenco decir Huelva es decir fandango, es exagerado asegurar que cada pueblo tiene su propio estilo de fandango. Aunque también es cierto que pocas provincias pueden ofrecer tal variedad de matices en la realización de este cante. José Gómez Hiraldo dedica al fandango de Huelva las siguientes palabras: "Hay un enigma raro, sin desentrañar aún por nadie, que deja al fandango de Huelva, como a tantos cantes flamencos, colgados de la duda interpretativa de su origen, sin que se sepa dónde está la matriz que gestó y dio luz a este cante señero, bello y representativo. Se le achacan orígenes inciertos y vive como un hijo espúreo del flamenco al que se menosprecia y desacredita por obra y gracia de la mistificación y falseamiento de que ha sido objeto por parte de los que, sin conocerlo, lo han interpretado a su aire, dándolo a conocer como una piececilla a son de charanga y murga que cualquiera podia cantar".
No obstante la opinión de Gómez Hiraldo, en la actualidad, y debido principalmente a la labor de las peñas flamencas de aquella zona, los fandangos de Huelva recobraron sus aspectos más significativos, traduciéndose todo ello en la renovada atención que se le presta al fandango de Huelva. En consecuencia, la presencia de Huelva se nota en las principales manifestaciones flamencas que se ofrecen actualmente.
Los pueblos de la provincia que tienen fandango propio se encuentran en dos comarcas características cuales son la del Andévalo y la Sierra de Huelva. La primera de ellas comprende las localidades de Alosno, El Cero de Andévalo, Cabezas Rubias, Santa Bárbara de Casa, Calaña, Zalamea la Real, Minas de Riotinto y Valverde del Camino. La zona de la sierra tiene las localidades de Encinasola y Almonaster la Real.
Según R. Molina y A. Mairena "El mundo de estos fandangos es triple: Se inspira en tres temas princiaples: el mar, el campo y los pueblos. El mar con sus barcos, el campo con sus labores, su caza y sus caballos; el pueblo con sus personajes populares, sus historias y anécdotas locales... Todo, incluso el amor, está sentido en función de la geografía y proyectado sobre el entrañable escenario familiar de la patria chica".
Siguiendo la delimitación geográfica del fandango de Huelva dentro de la provincia, destaca poderosamente la comarca del Andévalo, que comprende los pueblos anteriormente enunerados y de los que interesa resaltar las características de los cantes de cada uno de ellos.
En primer lugar, y por méritos propios, destaca el pueblo de Alosno, del que se ha dicho que tiene un estilo de fandango lleno de hondos saberes, viril y alegre, recio y tierno. Manuel Romero Jara, autor de una documentada obra sobre los fandangos de Huelva, dedica gran parte de ella al estilo de este pueblo, al que denomina "el alosno bendito". En primer lugar, y según él, en Alosno no hay un fandango sólo, sino que se cantan varios estilos: los llamados populares, los estilos personales y los "estilos perdíos", estos últimos son fanfangos sin nombre específico, ni autor conocido.
Onofre López Gonzalez, en su ponencia al XV Congreso Nacional de Actividades Flamencas (Benalmádena, 1987), sobre el tema "El Fandango de Huelva y su provincia", manifiesta lo siguiente: "Con los aires de Alosno se registran dieciseis formas distintas de hacer el fandango. La mayoría de ellos nacidos de lo popular y otras enmarcados con nombre y apellidos de hijos de la tierra" (Candil nº 53. Octubre, 1987)
Es tal la profusión y el desarrollo que el fandango ha alcanzado en esta localidad que a la entrada del pueblo hay un cartel que anuncia: ALOSNO, CUNA DEL FANDANGO. En el pueblo se dice que el fandango ha nacido allí, y lo dicen cantando:

Fandango, ¿dónde has nacío

que to el mundo te conoce?

Yo nací en un rinconcillo

que Alosno tiene por nombre,

donde le dan el "dejillo"

Refiriéndose a este fandango, y en concreto a su final, Ricardo Molina nos dice: "La copla que hemos citado nos da, bajo inocente apariencia, una profunda noción de cante cuando alude al "dejillo" que en Alosno dan al fandango. ¿Qué debemos entender por "dejillo"?. A nuestro juicio, el "dejillo" es lo que muchos flamencos llaman el "aire" del cante. Cada cante al aclimatarse a una localidad —y mucho más al nacer, si así fuera el caso— adquiere una manera de ser especialísima, casi imperceptible, que es el "aire" o "dejillo". Si a un cantre se le despoja de su aire se le resta sabor y autenticidad. Incluso cuando un gran cantaor altera el "aire" nativo sufre el cante una invisible mitificación".
El fandango de Alosno ha podido oirse en los más lejanos rincones, debido a que los alosneros se extendieron por toda la geografía española como recaudadores del Impuesto de Consumos, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Que duda cabe que el alosnero prefería no abandonar su tierra, y así lo expresaba cantando:

De las cosillas más malas

que yo hice en este mundo

fue dejar mi escopetilla

y marcharme a los consumos.

Los fandangos populares no tiene autor conocido. Destacan entre ellos dos estilos que, según Romero Jara, son el santo y seña del cante de Alosno: El fandango cané y el fandango valiente. El primero es un cante colectivo; se realiza en grupo, mientras que el fandango valiente es individual, muestra de poderio y fuerza desde el principio del cante. Fue un estilo, este, muy interpretado por los hermanos Toronjo.
En cuanto a los fandangos personales son creaciones atribuidas a personas concretas y que toman el nombre de su creador. Se citan como personajes que dieron nombre a este estilo los siguientes: Tio Nicolás, el de las patillas; la Conejilla; Manuel Pérez; Juan María Blanco; Bartolo el de la Tomasa; Manolillo el Acalmao; D. Marcos Jimenez; Antonio Abad; Juan Rebollo y Juana María. Los hermanos Toronjo, en las décadas de los sesenta y setenta, llevaron el fandango a todos los confines.
Encinasola es una población cercana a Extremadura y Portugal en que se realiza la danza del fandango desde el siglo XVIII. El baile lo realizan las mujeres y los hombres van cantando y tocando los instrumentos del acompañamiento (guitarra, bandurria, laud y acordeón); la mujer toca las castañuelas mientras baila. Las cuatro letras que se interpretan al cantar el fandango son siempre las mismas y se realizan en el mismo orden. Son las únicas que se cantan.







viernes

La historia de los cerditos

Hubo una vez una aldea que estaba rodeada de montañas, por donde pasaba un arroyo. Cerca de aquel arroyo había una cabaña donde vivía una familia humilde. Aquella familia tenía una hija muy pequeña que era quien criaba y guardaba los cerdos.
Un día una cerda tuvo cuatro cerditos y la niña tuvo mucho más trabajo. Al día siguiente un cerdo, el más pequeño, se fue para el sembrado que su padre estaba cuidando y la niña sin saber qué hacer le tiró una piedra y sin querer le dio en la cabeza y como era todavía muy pequeño, lo mató. La niña lloraba desesperadamente pues creía que su papá le iba a reñir, pero se quedó muy asombrada cuando vio que su papá no dijo nada , porque comprendió que su hija era todavía muy pequeña para cuidar cerdos.Al cabo de mucho tiempo, cuando la niña había cumplido diez años, vio al lado de su cabaña, que había cambiado mucho, una cruz en la que ponía R.I.P. y se quedó muy extrañada, pero le preguntó a su papá y le contó toda la historia de cuando era pequeña. Cuando pasó un tiempo, sus padres y ella se fueron a la ciudad. Pero la niña siempre recordaba su historia, contándosela a sus nuevos amigos.


Este relato lo escribió Gregoria Lamela en la época en que asistió a la escuela de adultos, donde aprendió a leer y a escribir. Gregoria tuvo una infancia de niña de campo y por eso sus recuerdos están muy ligados a esas labores que, desde muy chica, ocupaban su tiempo; entre ellos el cuidado de los animales, a los que les tomaba mucho cariño. Esta historia tan tierna es fiel reflejo de cómo aquella niña tan responsable cuidaba y quería a sus animales.

El fandango en la voz de Paca Rios

Una tarde Paca nos sorprendió poniendo su preciosa voz al servicio de uno de los cantes populares más conocidos: el Fandango. La letra nos habla de los momentos del cortejo. Los padres siempre deseaban la mejor posición posible para sus hijas o sus hijos, pero eso no siempre era posible. En esta ocasión parece que la familia no estaba satisfecha con el pretendiente porque éste no tenía carrera, y el muchacho se defiende, poniendo sentido del humor en sus argumentos.
Tu madre a mi no me quiere
porque no tengo carrera,
tu madre a mi no me quiere,
yo en mi casa tengo un galgo
vaya a por él  cuando quiera,
que yo pa correr no valgo



Manuela también se animó y nos regaló este fandango Abandolao que recordaba de su juventud. Un estilo menos aflamencao, pensado para el baile.

La sierra

De nuevo, María Rios nos transmite sus sentimientos de mujer nacida en la sierra, pero con ansia de conocer y vivir otros paisajes más lejanos, y que a ella se le antojan igual de hermosos.

Amanecer caluroso silencio y paz
desde mi ventana veo la sierra,
la sierra que me vio nacer
y sabe todo el caminar de mi vida.
 
¡Orgullosa de haber nacido
en mi querida sierra!
Pero tengo un secreto, un
secreto muy bien guardado

¡Silencio silencio! Que lo
llevo muy dentro.
Porque tengo un amante
un amante que es el mar
que lo llevo en mi pensamiento.

Enamorada con locura de
ese mar sereno...de las tardes
de verano con sus puesta de sol
con esos rojos y amarillo...
besando mi cuerpo

Silencio silencio que no se entere
nadie que tengo un amante
que es el mar...y lo llevo
muy dentro


Maria Rios Fabero

jueves

Trabajar y cantar

En  la tradición oral siempre han tenido mucha importancia las canciones relacionados con el trabajo del campo. Algunas veces, los cantos se dirigían a las personas que controlaban a los trabajadores, como era el caso del manijero. Se conoce como manijero a la persona que se encargaba de contratar y controlar a la cuadrilla de trabajadores en las épocas en que las faenas agrícolas requerían de gran cantidad de mano de obra. La canción popular ha reflejado la relación entre este personaje con los jornaleros, hombres o mujeres que trabajaban larguísimas jornadas en unas condiciones bastante duras.
Manola nació en El Algar, y vivió desde chica en el campo, donde trabajaba en todo tipo de tareas relacionadas con la producción agrícola y el cuidado de los animales. Allí aprendió estas canciones, que canta con mucho desparpajo.


Esta es una típica canción de trilla. Manuela logra arreglar los pequeños olvidos con  el ritmo y las ganas que le pone.

María recuerda a su abuela

La nostalgia por un mundo desaparecido está presente en casi todas las conversaciones del grupo. María se incorporó al taller en las últimas sesiones, pero suple su palabra grabada con la afición a escribir poesía. Con este poema logra transmitirnos algunos de sus recuerdos sobre esas costumbres y momentos, en los que su abuela  representa el pasado humilde, la vida autosuficiente y  la alegría de los juegos y las músicas.

martes

Rafaela: Una Chipionera con mucho arte

Rafaela escribió hace tiempo este poema en el que recuerda sus orígenes. "Chipiona: mi tierra", es el título. Con mucha pasión, relata algunos de los momentos más relevantes de su vida en esa población. ¡Escuchadla!



Los recuerdos de María en poemas

Una tarde, cuando el adiós ya era inevitable, entre canciones, tapitas y refrescos de verano, María se lanzó y nos regaló sus recuerdos en forma de poemas llenos de pasión. Ubrique en el recuerdo; esos lugares que han quedado en nuestra retina y en nuestro corazón, pero que ya no son los mismos. Por suerte, queda la memoria y la palabra. Esto es sólo un ejemplo de lo que escribe María Rios.


domingo

Un paseo por Ubrique

Recorriendo las calles de Ubrique, cualquiera puede observar ese entramado urbano tan característico de los pueblos de la sierra. La mano y la sensibilidad de sus mujeres han dado como resultado una estética llena de colorido,  y unos rincones,  en los que debe resultar un placer sentarse al fresco de la noche y compartir charlas y recuerdos con los vecinos.   

Canciones de columpio en el taller

Algunas tardes, las mujeres se han lanzado a entonar esas músicas tradicionales que escucharon desde niñas. Las canciones de columpio son un buen ejemplo de ello. Manuela Ruiz es en esta ocasión la espontánea que nos deleita y divierte con una de esas coplas. Precisamente en la fiesta que se celebra en Ubrique en los primeros días de Mayo, algunas mujeres escenifican la tradición del columpio.
El fuego, la cruz, los gamones y la música. Noche del 3 de Mayo de 2010.