lunes

Rafaela: Yo he sio mu feliz...

Antes de iniciar los relatos de infancia, pedí a cada una de las mujeres que se presentaran. Así es como se ve Rafaela:

Tengo 80 años y soy madre de Manoli y Josefa, que están aquí esta tarde. Soy de Sevilla, aunque me crié en Chipiona. Me casé en Ubrique, tengo siete hijos… Yo he sio mu alegre. Me gusta mucho el baile, me encanta. También he estao en una coral catorce años y he hecho teatro, un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Y lo he pasao bien en la vida. He sio mu feliz con poco, mu feliz, y con la ayuda de mis hijas mayores he criao a mis hijos. He sio mu feliz.
Rafaela con su abuela
Mi padre era de campo y cuando venía de echar la peoná del campo, cavando viñas, se venía luego a la bodega y la mitad de lo que se ganaba se lo bebía en vino. Mi madre con tantos niños no trabajaba na más que en casa. Tuvo diez hijos vivos. Después que yo, nacieron cuatro más. Mi padre murió en 1943, o sea, poco después de la guerra . Entonces mi madre salía a la calle, a las casas. Lavaba y planchaba, sobre todo. Ella tenía las manos mu malamente de tanto lavar.  
       
                      
Los padres de Rafaela
Fui al colegio en Chipiona, a uno de monjas. Allí en el pueblo había muchas escuelas, algunas de monjas y otras de frailes. Eran gratis y mis hermanos todos fueron a la escuela. Me acuerdo que me pegaban mucho pa que fuera al colegio, porque no me gustaba. De eso tengo algunos recuerdos. Me acuerdo de que yo debía tener seis u ocho años… no sé cierto. Una prima hermana mía…, pues ella… no me entraba en la cabeza de que yo estuviera… Bueno… a ver si me explico. Mi prima tenía un uniforme con una banda azul, una rebeca azul, vaya un uniforme que llevaban las niñas de pago, que estaban arriba. Y yo estaba en parvulitos. Recuerdo que me hacía yo la pregunta: ¿Por qué siendo su padre hermano de mi padre ella puede ir con ese uniforme y yo sólo un vestidito estampao limpio…? Cada vez que la veo ahora le digo: prima ¡hay que ver el interés que te tenía yo con el tema del colegio! Otra cosa que me acuerdo es de que las monjas nos castigaban hincás de rodillas… no me gustaban las monjas…
Placa del colegio Divina Pastoa
Con ocho años hice la Primera Comunión en el Colegio La Divina Pastora en Chipiona.  
                                                        
                                                                               Rafaela vestida de comunión
  Me daban unos bollos de aceite y de leche con chocolate, es de lo que me acuerdo, de lo contenta que estaba yo. El vestido era blanco… tengo las fotos, que ya tienen 72 años. Como no teníamos dinero, mi madre, que estaba interna en Sanlúcar, allí le prestaron un traje las monjas donde ella estuvo. 
Me salí del colegio que tendría unos once años. Me iba a trabajar, ayudaba en la casa... Me daban quizás quince pesetas... Limpiaba el polvo, el suelo arrodillá… era como se fregaba, con la "hofifa" Con un estropajo de esparto y una piedra, asperón , que le decían y luego se enjuagaba con la "hofifa".
Luego me metí en otra casa, en el cuerpo casa. Allí si me enseñaron mucho y bueno, sirviendo… Allí había niñera, cocinera y yo del servicio de la casa. Eran señoritas de Jerez que tenían un chalet en Chipiona. Ramírez de Cartagena, eran los apellidos. Tengo muy buen recuerdo de esa época, porque me enseñaron mucho. Dos señoritas solteras las dos y sabían mandar. Me sentaban en la salita cuando acababa la faena y me enseñaron muchas cosas bonitas. Yo tenía unos trece años. Como yo tenía otras hermanas mayores, ellas ayudaban a cuidar a mis hermanos más chicos.
Yo he bailao mucho sevillanas, porque en Chipiona iba to Sevilla a veranear, Allí aprendí mucho yo. Nos juntábamos las del pueblo, que éramos como las catetas y ellas eran personajes. Y en verano nos poníamos en la puerta de la calle y allí bailábamos todas. Yo he bailao incluso con Juana Reina. Entonces no teníamos ni una radio. En mi casa no llegó la radio hasta ya casá yo. En el campo, después de casarme que compramos uno a plazos. 

De la guerra me acuerdo de poco. Recuerdo de oír muchos tiros entre Sanlúcar y Chipiona. En esa carretera en el pozo Romero mataron a mucha gente por allí y de camiones que llegaban con mucha gente muerta, nada más… Una vez tenía mucha hambre, como toa España en esa época. Me encontré cinco pesetas. Y ahora digo yo: si se lo digo a mi madre, me quedo sin na. Yo no sé si hice bien o mal, yo no lo hice con mala intención. Agarré las cinco pesetas y compré higos…, higos secos. Me senté en el umbral de una puerta y me harté. Ahora me encuentro muchas veces a un muchacho que era como yo y me vio allí y como yo ya no podía más, se los di a él. Ahora con ochenta y tantos años nos vemos y nos reímos comentándolo. Me da las gracias.
Nosotros teníamos una casa mu grande. Era de mi padre, heredá de mis abuelos. Ellos también trabajaban en las viñas y las bodegas. Entonces era casi to viñas. Nosotros los problemas eran no dormir porque estábamos esmallaos, (desmallados) ¡ ese era el problema!, no de habitaciones. 
                             Comedor de Auxilio Social

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